Casa Gótica es la vivienda resultante de un pedido extraordinario realizado por una pareja de artistas. Implantada en el somonte de las Altas Cumbres y de alguna manera solitaria en un paisaje descomunal.
El lenguaje refleja un estilo atípico del resultado de interpretaciones eclécticas de estilos históricos o arquitectura gótica, en particular, en fusión estética con materiales locales y tecnología vanguardista. La intención es generar un escenario teatral donde la experiencia sea el objetivo principal.
Programa.
Ingresando por los escalones del jerarquizado porch, atravesando la gran puerta pivotante, artesanal de madera maciza, se encuentra el hall: un espacio acogedor de bienvenida.
Es sin dudas un sector fundamental en la vivienda, ya que es el fuelle donde se pretende una transición exterior - interior. Es oscuro, calmo y teatral: donde el visitante puede despojarse de su abrigo, contemplar arte en las paredes o simplemente tomar asiento.
Una vez finalizada la transición comienza el recorrido a través de un pasillo intercomunicador, flanqueado por la escalera principal a la derecha y biblioteca debajo; y un panel de biblioteca a su izquierda, que lo divide con el espacio de lectura y estar diario. Al final del pasillo, la cocina y comedor diario funcionan como linterna: predomina la luz, materiales de tonalidades claras y revestimientos translúcidos: grandes ventanales hacia el norte, que permite extensas visuales a las Altas Cumbres y colaboran como receptor calórico en invierno. Este espacio de permanencia puede comunicarse directamente con el sector de lectura o así mismo cerrarse por completo gracias a unos paneles plegadizos de madera. Ambos espacios se estructuran alrededor de un hogar a leña de doble frente ubicado en el punto central. Hacia el norte se extiende una gran galería y descenso al parque.
La planta alta es el espacio íntimo de la vivienda. La ubicación y desarrollo de la escalera permite una conexión casi directa entre la cocina (espacio común diario de mayor uso) y la planta alta. Al subir por esta escalera el recorrido artístico y teatral continúa: el muro a su izquierda se reviste de cuadros y una colección de mariposas enmarcadas. Finalmente un nuevo recibidor de planta alta nos invita a contemplar la magnífica vista al Cerro Champaquí desde un gran asiento ventana. El dormitorio principal está jerarquizado por su notable altura de techo y grandes ventanales repartidos. Además incorpora vestidor y una terraza semi cubierta que, además, se comunica directamente con el taller de producción artística.